EstoNoEsFicción

¿Ficción o no ficción?
Es complejo re plantearse la realidad cotidiana del mundo, la nuestra, como si esta fuera mera ficción. Ficción producto de un nuevo tipo de capitalismo que, dejando atrás ya al viejo capitalismo de consumo, hace hincapié en ilusiones, en realidades paralelas que paradojicamente están montadas sobre estructuras tangibles.
¿Complicado de entender, de asimilar?
A través de este espacio trataremos de echar luz sobre este asunto...

Y recuerden...estonoesficción.

O sí?

martes, 13 de noviembre de 2007

Conclusiones en el camino...

Si bien es aún prematuro dar una conclusión final, consideramos que podemos hacer un intento en este punto. Sin embargo vale aclarar que el tema no esta bajo ningún punto de vista agotado ya que constantemente surgen nuevas características e inclusive nuevos espacios característicos del capitalismo de ficción.

Este espacio sin referencias urbanas esta repleto de referencias neoculturales. El mercado educa con saberes funcionales a su dinámica y adecúa el deseo jóven de libertad y exhibición en un desorden controlado.
Las marcas y las etiquetas que forman su paisaje reemplazan al elenco de símbolos públicos o religiosos que han entrado en su ocaso. Es un monumento basado en la velocidad del flujo mercantil que pone en crisis el espacio público, donde es difícil construir sentido.

El mundo en un shopping

En números y servicios concretos, Unicenter ofrece:

Un mundo de comodidad: Con un Jumbo de 12.700 metros cuadrados de salón de ventas.

Un mundo de placer: Un novedoso patio de comidas con capacidad para 1.800 personas. Además, fuera del mismo, muchas opciones más: confiterías, coffee shop, restaurants, heladerias, etc.

Un mundo de pelicula: Con 14 salas de cine, con capacidad para 3.300 personas y equipadas con un sistema de sonido digital único en sudamérica.

Un mundo de confort: Unico con 6.500 cocheras. Y además un mundo de posibilidades, 300 locales de las mejores marcas nacionales e internacionales y Falabella, la unica tienda por departamentos de Buenos Aires.


A través de estos 4 mundos, responde a las demandas de la globalización agrupando en un solo establecimiento todo aquello que el ser humano puede llegar a querer, en la perenne búsqueda
por el placer constante.

Y es también a través de la oferta de estos bienes y servicios que trabaja y logra la fidelización de su clientela, punto importante en este nuevo capitalismo de ficción. Es así que en un momento el slogan de Unicenter fue:“lo importante no es que vengas, sino que vuelvas”

Volver a lo mismo, semana tras semana, a buscar esas endorfinas en ese ambiente aislado del mundo real, del paso del tiempo, de los deberes cotidianos, donde por un par de horas no hay preocupaciones y donde todo, o mejor dicho tener todo, parece posible.


Uno para todos y todos para uno: Modelo arquitectónico unico



El shopping center es un simulacro de ciudad de servicios en miniatura, donde todos los extremos de lo urbano se han liquidado: la intemperie, los ruidos, el claroscuro producto de la colisión de luces diferentes, la gran escala de edificios de varios pisos, los monumentos conocidos, signos de lo urbano, los afiches, las señalizaciones de tránsito, entre otras. Así, el shopping se convierte en un lugar donde se consumen símbolos y mercancías.

Se pierde con facilidad el sentido de la orientación, no se recorre de una punta hacia la otra como una calle, se recorre azarosamente, se avanza, retrocede, repite; se responde a un ordenamiento total pero con la idea de que es un libre recorrido cuando en realidad se entra, se compra y se sale. Tiene una relación indiferente con la ciudad que lo rodea, la ciudad es el espacio exterior, con autopistas y villas miseria al lado, con avenidas, barrios suburbanos y peatonales. A nadie le interesa si una vidriera es perpendicular a una calle exterior, el día y la noche no se diferencian, el tiempo no pasa, las huellas de la historia se borran. Tal como ejemplifica la primer imagen, y tal como se ha mencionado ya anteriormente, los shoppings pasan a ser no lugares ya no distingubles entre sí: Alto Palermo? Unicenter? No, el shopping Mariscal en Paraguay.

El shopping vacía la memoria urbana, representa las nuevas costumbres, es el lugar donde el mercado se despliega, construye el futuro, crea nuevos hábitos, acomoda a la ciudad y a la gente a funcionar en el shopping, la ciudadanía se convierte en el mercado. El mercado nos interpela como consumidores, el estado como ciudadanos, la ciudadanía se construye en el consumo, las instituciones se piensan a través del mercado, se reconfigura el espacio estatal, los espacios públicos1

El shopping se presenta como un lugar desterritorializado, los puntos de referencia son universales, produce una cultura extraterritorial de la que nadie puede sentirse excluido pero sin embargo excluye ya que, por más que el acceso pueda ser libre con respecto al ingreso o la circulación, la funcionalidad del shopping y el consumo es solo para algunos. A su vez, esta exclusión se nota según los días y franjas horarias en que cada clase asiste a él. Los más pobres van los fines de semana, cuando los más ricos prefieren estar en otra parte.

Esta extraterritorialidad fascina a los jóvenes, les expone todos los objetos soñados. La cultura juvenil definida por el mercado se inserta así en un imaginario social habitado por dos fantasmas: la libertad de elección sin límites como afirmación abstracta de la individualidad y el individualismo programado. Las contradicciones de este imaginario son las de la condición posmoderna: la reproducción clónica de necesidades con la fantasía de satisfacerlas en un acto de libertad y diferenciación; la idea de que esa reproducción pautada es la autonomía de los sujetos. En esta paradoja se basa la homogeneización cultural2


1- García Canclini, Néstor; “Consumidores y Ciudadanos”.

2 - Sarlo, Beatriz; “Escenas de la vida posmoderna”; Ed. Ariel. Buenos Aires, 1994.

Un oxímoron es un imposible, un milagro, una inversión de las leyes de la naturaleza de incierto significado.


Dado que la figura retórica del oxímoron es una de las características más llamativas del capitalismo de ficción, en relación al shopping encontramos las siguientes contradicciones:
  • Libertad alienada
  • Desorden controlado
  • Inclusión excluyente
  • Sujetos diferenciados, homogeneización
  • Espacio del shopping / espacio de la ciudad.
  • Territorialización / desterritorialización.
  • Pobres / ricos
  • Historia / desaparición del tiempo

Estas “categorías” se irán desarrollando en las diferentes entradas para ir clarificando de qué se habla cuando se habla de capitalismo de ficción y cuáles son sus características específicas.

*imagen: Composición nro 8 - Vassily Kandinsky - Oxímoron de sol tricolor en ciudad imaginaria

lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Capitalismo de ficción?


¿Y qué es esto del capitalismo de ficción?

El capitalismo de ficción hace foco en la importancia teatral de las personas. Se encargaría de las sensaciones, del bienestar psíquico. La oferta de este nuevo capitalismo es producir una nueva realidad como máxima entrega; una segunda realidad o realidad de ficción con la apariencia de una auténtica naturaleza mejorada. Podríamos decir que el capitalismo de ficción, al ser naturalizado, se hace invisible. A diferencia del capitalismo de producción, que se podía identificar con la explotación, este nuevo capitalismo desaparece como organización social y económica concreta para transformarse en civilización y se esfuma como artefacto de explotación para convertirse en un mundo a secas.
Para ilustrar un ejemplo, entre tantos disponibles, elegimos enfocarnos en un shopping. Y elegimos el shopping Unicenter como ejemplo concreto por ser uno de los más grandes de Buenos Aires.
Unicenter se encuentra ubicado en Paraná 3742, en Martínez, Buenos Aires. El shopping abre sus puertas a las 10 de la mañana y cierra a las 22 horas. No obstante, Jumbo abre a las 8 de la mañana y el patio de comidas permanece abierto hasta las 00 y hasta las 02 de la madrugada los viernes, sábados y vísperas de feriado.
A disposición del público se encuentra este no lugar, homologado a tantos otros no lugares, tantos otros shoppings alrededor del mundo que no poseen características regionales que los identifiquen; son iguales a todos los otros shoppings de todas las otras ciudades del mundo. El capitalismo de ficción borra las distancias por abolición de los espacios distintos, entre otras estrategias.
Todas las marcas y los servicios que se prestan dentro de las instalaciones satisfacen necesidades humanas funcionales, pero también llevan a cubrir parte de nuestras necesidades emocionales. Y es en este punto en donde se vuelve tangible la definición: proveer bienestar psíquico.
Pareciera que el cuerpo recibe endorfinas cuando ingresa al shopping. Es un pequeño gran universo donde la temperatura siempre es la justa, donde todo esta limpio, donde las vidrieras nos muestran, por ejemplo, los atuendos perfectos para usar en ocasiones idílicas. Frente a la vidriera todos somos bellos y nuestro paso ante ellas muestra el “yo” incluido en el reflejo del consumo. De indumentaria, de tecnología, de lo que sea. El shopping ofrece placeres a toda hora y para todos los sentidos. Se puede ir al cine, cenar, ir a patio de juegos, o se puede simplemente recorrerlo observando, todo aquello que deseamos y que, al menos mientras estemos dentro, parece posible tener.


¿Mareados? También nosotros.

Pero a través de este espacio intentaremos que el mareo sea menos y el entendimiento y el pensamiento crítico más...